miércoles, 2 de julio de 2014

CAPITULO 37





Pedro 


Sé que está sorprendida de verme, pero no esperaba que considerara pedirme que me fuera. Pero veo la indecisión en sus ojos, una fracción de segundo de incertidumbre, antes de que diga que sí. 


Me acomodo en el asiento del pasajero junto a Paula y reviso las emisoras de radio, preguntándole lo que está de humor para escuchar. Se encoge de hombros, sin decir nada, pero supongo que es de esperar. No puedo ni imaginar todas las emociones que debe sentir al embarcarse en este viaje.


Paula conduce lento y constante en el carril derecho de la carretera. No me quejo. Estoy bien con dejar que ella tome las cosas a su propio ritmo. Seguro tendré que conducir mañana, sabiendo que probablemente va a ser un nervioso desastre al acercarse el momento para encontrarse con su madre. 


Me doy cuenta de que nunca he estado en el coche mientras está conduciendo, y aunque normalmente prefiero ser el conductor, mirarla concentrarse en la carretera es bastante lindo. Le sale una arruga en la frente y sus pequeñas manos agarran el volante a las diez y dos. 


Además se ve más delgada, lo que no me gusta. Pero también parece más decidida, más segura y eso me gusta mucho.


Le doy vistazos a Paula mientras conducimos, y las imágenes de las sexys fotos resplandecen a través de mi mente. Lamento recordarla así. La cruda sensación de shock y disgusto cuando vi por primera vez las imágenes. 


Quería golpear algo o a alguien. Joder, todavía lo quiero. No me gusta asociar a la chica dulce e inocente de la que me enamoré con algo tan sucio. Pero ese pasado es parte
de ella, y tengo que decidir si es algo que puedo superar o no. ¿Voy a ser capaz de mirarla sin recordarlas? 

Las horas hacen tic tac y cuando veo las luces que pasan, me pregunto lo que el futuro tiene para Paula y yo.

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