Pedro
Su boca es suave y húmeda y la forma en que su lengua coquetea con la mía, al instante me vuelve a poner duro. Su lengua se desliza a lo largo de la mía y ella agarra mi camisa con los puños. Su culo se adapta perfectamente en mi mano y lo agarro, sujetándola firmemente contra mí para que pueda sentir exactamente lo que me hace.
Paula coloca su mano en mi pecho y rompe el beso. —Pedro. —Tiene los ojos encendidos de pasión, su voz sin aliento... pero su tono es de error—. Tenemos que parar.
De mala gana me alejo para mirarla a los ojos. Están ardiendo en verde y nadando por la emoción. Mierda. No sé lo que hice mal, y si tengo que pedir disculpas o callar sus temores con más besos. Es por eso que no la besé antes.
No debería haberla llevado tan lejos. Pero Paula despierta en mí cosas que nunca he sentido. Es una locura. Ni siquiera es mía, y estoy actuando como un macho alfa
sobre-protector.
Traga y respira profundamente, la confusión en su cara se desvanece. —Lo siento.
Doy otro paso atrás. —Está bien. No debería haberte apresurado.
Paula niega con la cabeza. —No estoy ni cerca de estar lista.
Mierda. Podría golpearme a mí mismo. He leído erróneamente la situación entre nosotros.
—En una escala del uno al diez, diez sería que estás lista para arrancarme la ropa…
Se muerde el labio. —Soy como un seis negativo.
—Mierda. Eso está mal, ¿eh? —Huelo mi axila, y se ríe. Es muy bueno escuchar su risa y me relajo un poco.
—No eres tú —dice, sin dejar de sonreír—. ¿Cómo podría ser?
Le atraigo a mis brazos y la beso en la frente con suavidad.
—No voy a presionarte. Cuando estés lista, me lo dices. —La quiero. Y voy a tenerla. Sólo tengo que averiguar lo que está pasando en su cabecita.
Asiente sin decir nada, pero devuelve mi abrazo, colocando sus brazos alrededor de mi cuello. —Gracias. Es que... me gusta lo que tenemos.
La miro. —A mí también.
—¿Podemos... ser amigos?
—Amigos. —Genial—. Por supuesto. —Bolas azules, allá voy.
La libero y se aleja de mí. Los amigos aparentemente no frotan sus erecciones contra los estómagos de sus amigas. Mi error.
—Yo... tengo que irme —susurra Paula. Observo cómo agacha la cabeza y desaparece en el interior.
Mierda.
A veces parece tan inocente... y luego otras veces no. La forma en que tomó esos tragos como una profesional, y la forma en me besó, era cualquier cosa menos novato. Su lengua se encontró con la mía, empuje tras empuje, y nos movimos juntos sin esfuerzo. No había nada tímido acerca de ella. El flujo de sangre aún se dirige al sur mientras mi cuerpo lucha para regularlo.
No puedo entender a esta chica. Y quiero. Jesús, lo necesito. Cuando estoy con Paula, no pienso en el montón de mierda que es mi vida. Cuán loco se ha puesto todo. Ella es como el nuevo comienzo que ni siquiera sabía lo mucho que necesitaba.
Espectaculares los 3 caps!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarMe Encantaron Los Capitulos!
ResponderEliminarMe encantaron los 3 capítulos! Me intriga saber cual es la historia de Pau q la marcó tanto!
ResponderEliminarwow buenísimo,me encanta!!!
ResponderEliminarQue habrá pasado en la vida de Paula, algo grave seguramente, esta muy buena la novela ¡¡
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